Volamos desde Yangon a Ho Chi Minh, para pasar nuestros últimos 20 días de viaje recorriendo una parte de Vietnam, país que estuvimos el año pasado y que nos encanta.
Compramos 2 motos nuevas y además contamos con una invitada que nos acompañará unos días.
Nuestra primera etapa es la ciudad de Dalat, a 1.500 metros de altitud y uno de los mayores centros de producción de verduras
Son 300 km, con la mala suerte de que los últimos 150 los hacemos lloviendo, por una carretera de montaña. Llegamos a Dalat, de noche, mojados y helados de frío. Buen comienzo para nuestra invitada, para que vea que no son unas vacaciones sentados en una terraza con un mojito en la mano.
En los alrededores de esta ciudad hay una bonita catarata, pudiendo bajar andando o en una montaña rusa.
También hay una preciosa pagoda, inspirada creemos en Gaudí, toda recubierta de mosaicos.
En pleno centro se encuentra «Crazy House», una auténtica locura, de una famosa arquitecto vietnamita. Es como un gran árbol del que surgen ramas. Ha reconocido que se inspiró en Gaudí. La casa para su mantenimiento funciona también como hotel.
Desde Dalat nos dirigimos al Este para pasar unos días relajados, disfrutando de las vacías playas vietnamitas.
En nuestro viaje por la AH1, la carretera que transcurre de Norte a Sur con más de 2000 km, tenemos que hacer frente a los cientos de monstruos, preciosos, que nos encontramos.
Es una maravilla levantarse a las 5 para ver el amanecer desde la terraza del hotel.
Y a las 7 darte un chapuzón en agua caliente.
Y ver las coloridas embarcaciones de pesca.
Regresamos al sur para ir a Can Tho, la principal ciudad del Delta del Mekong, y desde la que se puede realizar una excursión a uno de los pocos mercados flotantes que quedan
El viaje atraviesa todo Ho Chi Minh, unos 30 km, que lo hacemos en el tiempo récord de hora y media.
Para la visita al mercado flotante, un taxi te recoge en el hotel para llevarte hasta el embarcadero, eso sí, a las 5 de la mañana, y te traerá de regreso sobre las 12 del mediodía
Nos acompañará en el viaje una simpática guía y lo haremos en un bote solo nosotros.
Se llega al mercado al amanecer, y se puede observar toda la actividad económica que se desarrolla entre las grandes embarcaciones que surten a las pequeñas para que estas lo trasladen a los mercados.
Las mercancías son sobre todo, frutas y hortalizas. En lo alto de un palo, cuelga el producto que vende ese barco.
Los barcos grandes son llevados generalmente por una sola pareja, siendo a la vez su vivienda..
En los botes pequeños son mayoría mujeres solas quienes los manejan.
Habiendo despedido a nuestra invitada que no creo que le hayan quedado muchas ganas de hacerse otros 1.800 km montada en moto en 10 días, nos dirigimos a la bonita y cuidada ciudad de Ban Lieu, el principal puerto exportador de langostinos.
Se encuentra cerca de la desembocadura de uno de los principales ramales del Mekong.
Para llegar como es una zona llena de ríos e islas y no hay siempre puentes, nos toca coger algunos transbordadores.
En el camino vemos alguna pagodas, sus grandes budas y a los monjes saliendo a pedir.
En los árboles de una de las pagodas que visitamos se encuentra una de las mayores colonias de «zorros voladores». Es un murciélago de gran tamaño y puede ser visto de día. Esta colgado en los árboles boca abajo.
Lo hemos visto volar, pero ha sido imposible fotografiarlo en vuelo.
No es fácil distinguirlos en la espesura de los árboles.
Como en la iconografía budista parece que entra todo, nos encontramos imagines curiosas.
Cómo curiosos o exóticos les debemos parecer a algunas personas que nos piden hacerse una foto con nosotros.
Vemos algunos templos de la religión sincrética «Cao Dai», fundada a principios del siglo XX en Vietnam y que aglutina creencias de varias religiones.
Los templos tienen una estructura similar, variando el tamaño, destacando por su colorido.
Regresamos a Ho Chi Minh City para pasar nuestros últimos días, para descansar, vender las motos que tanto queremos y no poder olvidar como se conducen por esta ciudad con la adrenalina a tope.
Alguno nos ha enamorado tanto este país, que nos resistimos a dejarlo.
Que envidia de viaje. Nos vemos a la vuelta. Un abrazo a los tres desde Euskadi!!!
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Chicos, q maravilla!
Encontrar el espíritu de Gaudi por ahí es todo un tesoro. El lunes miro las fotos en pantalla
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