En nuestro viaje, decidimos hacer lo que llaman el «loop» de Thakhek que consiste en un recorrido circular de algo más de 300 km, por una serie de paisajes muy distinto a lo que hemos visto hasta ahora.
Lo primero que llama la atención son unas imponentes formaciones kársticas de tierra caliza, pero cubiertas en su mayor parte de vegetación. Esto nos lo encontramos en la mayor parte del recorrido.
Después de unos cuantos kilómetros nos encontramos con una extensa área de lagunas, de las que surgen un montón de árboles muertos, dándole un aspecto fantasmagórico al paisaje.
En la zona hay varias cuevas que se pueden visitar, pero sobre todas destaca la cueva de Kong Lor.
Se trata de una cueva de unos 7 km, recorrida por un río subterráneo, y que en la zona central está coronada de estalactitas y estalagmitas.
El viaje por dentro de la cueva se realiza en un bote con un motor fuera borda, que es manejado con gran habilidad por el botero, ya que el trayecto está únicamente iluminado por la linterna frontal que lleva, sucediéndose con gran rapidez las curvas y las rocas que pasas rozando.
La entrada a la cueva al fondo:
La galería central, es la única parte con una iluminación tenue.
Se baja del bote, recorriendose a pie, y siendo recogido de nuevo para seguir hasta la salida.
Llegados al final de la cueva y tras una breve parada, se hace el trayecto a la inversa, siendo más rápido, ya que se va a favor de la corriente.
A la salida de la cueva nos encontramos unos pacíficos amigos dándose un chapuzón.
A lo largo del camino siempre encuentras una pagoda que tiene algo que te llama la atención:
Super la cueva!
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Espectacular el paisaje carstico
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Que alegría poder vivir un poco el viaje con vosotros, de nuevo. Ondo pasa
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